Sin duda, esta es la reacción de Suzuki a la nueva generación de motos nude de media cilindrada que habían dejado un poco fuera de juego a la SV650 y aunque todavía va a convivir por un tiempo con la GSX-8S, al final terminará por desaparecer de la gama de la firma japonesa tarde o temprano.
Esto supone un cambio de filosofía total y absoluto, ya que pasamos de una soberbia mecánica de dos cilindros en V a una más moderna y potente, pero con los cilindros alineados, una solución que utilizan casi todas las motos de este estilo y cilindrada en la actualidad. La razón es que permite contener los costos de fabricación debido a su disposición más sencilla, lo que también conlleva un beneficio dinámico, ya que son más ligeros y compactos.
Además, estamos ante una moto mucho más moderna y equipada que la ya veterana SV650, una moto que me encanta pero que fue superada en términos de diseño, tecnología, electrónica y parte de ciclo. Ahora, tenemos una GSX-8S con una estética muy streetfighter, dotada de iluminación LED, pantalla TFT, acelerador electrónico, modos de manejo, control de tracción, cambio rápido bidireccional, horquilla invertida Kayaba, pinzas de freno con anclaje radial...es decir todo lo necesario para competir en un segmento de mercado muy complejo por la gran variedad de modelos existentes que están muy bien equipados a precios muy ajustados.
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Para apuntalar bien su nuevo estatus, goza de un nuevo motor que es la clave principal del proyecto y que, además, dio vida también a la nueva generación V-Strom, la 800DE. El motor desarrollado para este modelo cúbico de 776 cc, tiene 4 válvulas por cilindro y arroja una cifra de potencia de 83 CV a las 8.500 rpm y una de par de 78 Nm a 6.800 rpm. Es un propulsor compacto con un diseño de cigüeñal a 270º, lo que propicia un tacto similar al de un V2, con muy buen aprovechamiento del bajo y medio régimen. También es significativo el hecho de contar con un doble eje contrarrotante para mantener las vibraciones bajo control.
El motor sorprende
Me subo con facilidad a su asiento situado a 810 mm del suelo, a pesar de que solo mido 1.66 m, pero aprovechándome de una estrecha unión del asiento y el depósito de combustible. Así que ya estoy a los mandos de esta esperadísima Suzuki GSX8S, una moto que, como señalamos, está impulsada por un nuevo motor de dos cilindros en paralelo; la nueva moda que busca la máxima eficiencia en todos los sentidos. Por un lado persiguen un mejor rendimiento en la banda de uso de más utilización, y por otro, proporcionan menores cifras de consumo de combustible.
Así que la marca de Hamamatsu se ha sumado a esta tendencia con su propia filosofía, dando lugar a un motor cuya potencia, de 83 hp, está muy bien tanto si tienes experiencia como si eres de esas personas que quieren una moto sencilla y con un Buen margen de uso.
Desde los primeros metros ya destaca la suavidad y progresividad logradas en la entrega de potencia a bajas vueltas. Incluso, dejando caer el motor de revoluciones con marchas largas no da tirones con facilidad y me parece digno de mención. Está muy afinado el motor, incluso también a nivel de vibraciones, y el bajo régimen apoya muy bien la conducción tranquila, algo esencial para una moto que va a pasar gran parte de su vida en zonas urbanas, donde también aporta una radio de giro muy aprovechable.
Marcado tacto deportivo
Dinámicamente, esta GSX-8S llama mucha la atención por la facilidad para moverse y zigzaguear, algo que se aprecia a bajas velocidades. Es muy intuitiva y transmite mucha sensación de control, de docilidad, con un golpe de acelerador preciso. Creo que también se ha hecho un gran trabajo con las geometrías de dirección y en la puesta a punto del nuevo bastidor creado ex-profeso. Además, cuenta con un basculante de doble brazo de aluminio.
La postura de conducción es muy natural y poco cansada, aunque el asiento me fue resultando un poco duro con el paso de los kilómetros . Por cierto, para la persona que va detrás del puesto es muy testimonial, siguiendo fielmente el patrón de este tipo de motos nude de los últimos años. Son casi monoplaza.
Me gusta mucho la sensación de aplomo que transmite en todo momento, porque se siente rígido en la pisada y está apoyada por unas suspensiones con un ajuste que va en la misma línea: son más bien un tanto rígidos, aunque no tanto como para castigar la espalda cuando atravesamos badenes. Desde luego permitiremos muy bien el uso deportivo que queríamos dar a esta GSX8S, pero cuando el asfalto está ligeramente en mal estado, hacen perder un poco de precisión por ese tacto firme y tenemos que aminorar levemente el ritmo.
Esta misma firmeza ofrece la sensación de marchar sobre un riel a alta velocidad en curva, explotando ese medio régimen realmente poderoso que da gusto exprimir. No tiene mucho empuje a altas vueltas, pues la potencia la entrega a solo 8,500 revoluciones, pero esa zona media-alta rinde muy bien, y además, la alcanza con mucha rapidez, ya que responde con rotundidad cuando aceleramos con decisión. Es un motor tranquilo si queremos, pero muy temperamental si nos empeñamos.
En territorio de curvas está en su jugo, aunque t engo que matizar que me esperaba que fuera todavía más rápidas de reacciones. No es una moto para una conducción extrema, sino más bien para ir hilando fino una curva tras otra, disfrutando a ritmos medios, y cuando quieres forzarla en la entrada en curva, te encuentras que esa rigidez penaliza un poco a la hora de frenar muy fuerte y clavar la rueda delantera para obligarla a que entre y obedezca con precisión y rapidez en la trazada.
Creo que tampoco ayuda una distancia entre ejes que considera un poco larga: 1.46 metros . Esto hace que no cierre la curva con la exactitud que quería e incluso, tendiera a abrirse ligeramente. Lógicamente nada problemático, en absoluto, pero sí evidenciando que su carácter es más tranquilo que el mío. No obstante, tiene mucho margen en un uso racional, con un componente deportivo claro en la conducción.
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Por cierto, el shifter bidireccional es un aporte importante y su funcionamiento es correcto, resultado de una buena ayuda cuando vamos a un ritmo animado. El cambio de marchas brilla tanto por la suavidad de las operaciones desde la maneta, como por la precisión con la que entran las relaciones. Aunque la sexta marcha se queda un poco descolgada y tan solo le veo utilidad para contener los consumos cuando vamos lanzados por autopista. En cuanto al consumo de combustible, el anunciado por la marca es de 23 km/l para un depósito de 14 litros, lo cual no está mal en cuanto a autonomía.
Desde luego, Suzuki vuelve a demostrar una vez más que sabe hacer motos y motores que agradan mucho. El propulsor es la clave principal, pues de nada serviría un excelente rendimiento sin una parte de ciclo en plena armonía. Y es cierto que me resulta una moto equilibrada en este sentido, con un dinamismo muy apetecible, tanto si tienes poca experiencia o si ya tienes muchos kilómetros acumulados y quieres una moto con una potencia moderada pero que sea capaz de emocionarte a los mandos.
Conclusión y valoración Suzuki GSX-8S
Lógicamente y si has leído hasta aquí, ya sabes que la valoración es muy positiva en aspectos tan importantes como el motor y su cohesión con la parte ciclo, resultando una moto equilibrada, agradable y con un innegable toque deportivo.
El precio es de 219,990 pesos, una cifra competitiva. Está bien dotada en cuanto a equipamiento y electrónica, aunque sin excesos, pero con todo lo necesario para practicar una conducción divertida cuando toca y servicial cuando se necesita.
Se percibe calidad de construcción, y lo que es más importante, calidad de sensaciones a los mandos. Me gustó especialmente el motor, con un rendimiento excelente en el medio régimen y un tacto bueno en cuanto a vibraciones y respuesta. Esos 83 hp pueden colmar las expectativas de un gran abanico de público.